Zamora, Capital del Románico. En el camino atravesamos los campos de Peleagonzalo, donde se batieron las huestes de Isabel la Católica con las de Juana la Beltraneja en la Batalla de Toro, en la guerra sucesoria por el trono castellano y leonés. Esta batalla fue decisiva para la entronización de Isabel la Católica. Desde Peleagonzalo, el itinerario se aleja momentáneamente del río Duero, hay un tramo fuerte de subida, con buenas vistas de Toro. Hacia el final de la ruta, al pasar por Villaralbo, tomamos un camino de servicio de un pequeño canal que nos conducirá hasta Zamora. En esta etapa podrás visitar bodegas, catar vinos con denominación de origen y alojarte en establecimientos de alta calidad donde incluso se puede disfrutar de la vinoterapia, ya que atraviesa parte de la Ruta del Vino Toro, a través de Toro o Peleagonzalo, y la comarca de Tierra del Vino de Zamora por localidades como Moraleja del Vino. El recorrido por las fértiles riberas del río Duero nos lleva a Zamora, enclavada en la Ruta Vía de la Plata. Desde el río se divisa una característica panorámica con las murallas y la impresionante catedral románica de transición con una bellísima cúpula gallonada. Su importancia medieval se aprecia en su casco antiguo, rodeado por altivas murallas que convergen en un fuerte castillo. En Zamora se pueden contemplar también palacios, casas tradicionales, monasterios y un importante legado de arte románico, con 22 iglesias. Récord mundial de iglesias románicas en una ciudad, que le ha valido su declaración como Conjunto Histórico-Artístico y le hace ser conocida como la “Capital del Románico” en España. En Zamora, encontrarás un buen nivel de servicios y transporte.